Hace ya más de un año
(foto: Sergio Higuera)
¿Por dónde comenzar? Quizá contándoles todo, desde el principio de todo, de todo esto.
Caminaba rumbo a dónde sea, con el ánimo de no llegar a ningún lado. Vagando, paseando el ocio y la incertidumbre en los bolsillos y, tras unos pasos en la calle que no importa, a punto de tropezar con algo que no interesa, me topo con esta mujer (la de la fotografía) quien me busca un poco hasta toparse con mis ojos que la veían discretamente y que en aquel momento escapan a su mirada. No le entiendo sus intensiones, así que sigo derecho, derecho, derecho… aquí no ha pasado nada.
Ella, alcanza a ver mi cuerpo en plan de huida. Dispara un par de palabras, unas cuantas oraciones para envolverme en algo de lo que no tengo idea. Volteo, apenas para verla ahí, haciéndome propuestas indecorosas de todo tipo, usando expresiones que yo antes sólo había escuchado en personajes y en libros de los cuales no tengo buenas referencias por su contenido tan contaminante a mi frágil consciencia. ¿Qué tipo de mujer es ella? ¿Qué es lo que le anima a utilizar palabras que no se conjugan así, de esa vil manera, sin perjudicar a la lengua, a nuestras ideas, a mi sensibilidad? ¿Qué afán de remover escombros de mi mente? [Nadie sabe de los escombros en mi mente].
[La justicia no está del lado de los justos, sino de quienes la acariciamos lo suficiente –me dijo algún Don Nadie–: es una gatita que ronronea en los pies de los que la alimentan y que saben tenerla domesticada, con la suficiente hambre para que vuelva de mañana, al salir el sol, para ofrecernos una sonrisa.]
He sentido pena, tan sólo que ahora no sé si es por ella o por mí mismo. Hace ya más de un año… calculo que el tiempo ha seguido transcurriendo sin importarle que mi mente se mantenga detenida en el recuerdo de aquel momento, cuando la flaqueza, el miedo y la impaciencia me robaron la oportunidad de brindarme una oportunidad ahora perdida, parecer ser.
[Malditos y benditos los poseídos por la ignominia.]
Últimamente ya no busco nada, he dado por perdido aquello que me ofrecieran en aquel lugar:
– Oye –me dijiste–, si tu me dejas, soy capaz de abrazarte y besarte. Te ofrezco dejar que me mires y mirarte. Te ofrezco dejar que me toques y tocarte...
– Es lo mismo que me ofrecen todas –contesté–. Sólo que todas pactan distinto.
– Yo no soy una de todas –dijiste–. Yo te ofrezco sin pedirte nada a cambio. Te ofrezco mirarte y que tengas la certeza de que al hacerlo mis ojos y mi mente están contigo, en cada momento. Te ofrezco tocarte de tal manera que puedas darte cuenta que no podría ser de otra forma: te estaré tocando a ti, hombre, sabrás que no habrá más nadie a quién quiera acariciar y arañar, morder y besar. Sabrás que será sólo a ti, y a cambio, hombre, a cambio te pido nada.
Me dejaste atónito ante tu oferta.
– No puedo creerte, mujer, no trates de engañarme –y, sin darte oportunidad de decir más nada, retomé el camino hacia algún lado, con mis pasos más decididos que antes y con el tambaleo en mi cabeza negándose a creer: “y a cambio te pido nada” … ¡Qué barbaridad!
[– ¡Vaya que me ha querido ver la cara de idiota! –digo para mí mismo–.
Y eso que hoy salí con mis mejores máscaras, las impecables que siempre funcionan.]
Terminé, progresivamente, equiparando tu recuerdo al rostro de una loca, al igual que a tus propuestas que sonaban obscenas, por absurdas, las vi perversas en su trasfondo… Hoy, hoy quisiera que esa perversión me consumiera. Ojalá hubiera hecho una excepción; uno nunca sabe dónde encontrará el amor, uno no puede –ni debe– negarse nada más así, sin más.
Es tarde para corregir mi error, mi idiotez. Y, aquí, en el mismo pabellón donde te espero encontrar todos los días, arrepentido de mi estupidez, confío en que la esperanza sea perenne y en que en algún momento vengas a buscarme. Ojala mi rostro no se haya borrado en tu memoria. Espero verte llegar un día. Estoy dispuesto a ofrecerte todo, y a cambio, corazón mío, a cambio te pido nada… nada.
José Eduardo Perezchica Vega
(Original: 25 de julio de 2005; ésta versión: 24 de junio de 2006).
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