...

pequeñas olas golpeando la playa, y mi voz recordándote entre una multitud de seres que no te conocen. No sé si sea añoranza, nostalgia, deseo... melancolía no.

y pensar que eres todas y eres tú misma, te pertenece el nombre sólo a tí; a mí me pertenece el recuerdo, ese que traigo colgando en el pecho como luz de alegrías y pasiones.

te pertenezco, como me perteneces, aunque estemos lejos.

en la distancia, busco a una mujer que llene el hueco y lo desborde, dejándome como idiota embelesado, adquiriendo su propio nombre.

pensar que no busco, que tan sólo espero -dispuesto- a que el azar la traiga a ella hasta donde estoy. Sí, como un idiota, lo sé. Es que no busco; el primer paso para encontrar es dejar de buscar en los rincones en que la dejé: ella sabrá llegar, tocar mi hombro, cerrar mis ojos besándome los párpados y dejándome ensoñado.

no sé nada de esto: he aprendido que nada de lo aprendido me sirve más que abrir mis brazos y abrazar al viento, una pequeña brisa que materialice el sueño.

Comentarios

Kare dijo…
Woow
me ha gustado mucho esto.
Ahora que converso con aquel recuerdo...

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