Hablando del otro lado...

Me encontraba leyendo la revista Time, sin saber cómo diablos es que llegué ahí. El caso es que accedí hasta el cartoon of the week, para ver si son tan buenos como los tantos representantes en la materia que tenemos en México. Doy el click correspondiente y cuál es mi sorpresa al ver el cartón que muestran:
Para quienes no saben el suficiente inglés, como es mi caso (gracias mosha por la traducción), he aquí el diálogo tan peculiar:
- Los ilegales deberian ser tomados y deportados, todos son delincuentes...
- Pero tu eres un ilegal...
- Lo se... pero estoy impaciente por asimilarlo. Parte de convertirse en americano es aprender a odiar a gente como nosotros.

Gracioso ¿no? Lo sé: no, no es gracioso. Lo que es menos gracioso es que sí existan esos mexicanos que se niegan ante sus paisanos. Si han podido ver entrevistas que se le hacen a miembros de los Minuteman, muchos de ellos son mexicanos de primera o segunda generación que aborrecen, realmente, a los mexicanos que están en un pais ajeno (igual que ellos), pero que no tienen la greencard.

Sin más por el momento... dejo el espacio abierto (como siempre) para la discusión en el tagboard y los comentarios.
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Comentarios

Susanska dijo…
ni un gringo es de confiar...uno ya no sabe ke tienen en la cabeza...y no es su culpa, son manipulados...o pendejos segun sea el caso U_U.

espero ke estes bien, saludos :D!
Coindicdo en que uno ya no sabe qué es lo que tienen en la cabeza. Pero igual sucede con los mexicanos: el ritmo de vida de este lado de la frontera y el que, al estar allá, las posibiidades de que regreses son mínimas, se producen este tipo de negaciones de las que hablo... o, lo que pudiera decirse mejor así:
"¿Donde ha quedado el 'méxico lindo y querido', con el 'si muero lejos de tí'?"

Uno no sabe ya qué esperar, ciertamente. Son pocas veces, como la que ahora se presenta con la movilización de inmigrantes, en las que también algunos ya no reconocen en sí mismos esas ansias de que digan que uno está dormido, y que loo traigan aquí, es decir, pa este lado de la frontera. Vaya que a todos nos puede suceder algo parecido, pero guardando proporciones, claro está.

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