y que me quedo callado...

Así es...

Platicando con el Javier (Jiménez) sobre detalles inciertos, sobre mujeres -para variar- y sentimientos de los cuales no estamos completamente seguros. Platicando con él es que, de repente, termino dándome cuenta de algunas cosas:

Que no tengo bien pensado lo que uso como excusa, aunque la excusa en sí sea innecesaria para el momento en que me doy cuenta de ello;

Que a veces no conozco lo suficientemente bien a las personas con las que hablo, lo cual, en sí, no es lo que me asalta, sino que a veces hablo olvidándome de ese hecho y asumo a las personas como los seres que conozco, sin considerar todo aquello que de ellos desconozco;

Y la tercer cosa es algo de lo que él me hizo darme cuenta cuando yo empecé a decirle cómo es que lo describo: No siempre somos conscientes de nosotros mismos. Y lo digo como algo que a él le sucedió en el momento que platicábamos, empezó a pensar que yo podría tener razón, siendo que podría ser también que no la tuviera. Pero yo, tal vez, lo conscienticé de algunas cosas que, como siempre, eran parte de la proyección que suelen ser mis comentarios y consejos. Porque, a fin de cuentas, no siempre somos conscientes de nosotros mismos, como para estar reconociendo en lo que decimos -o escribimos- a una vocecilla interna que hace eco en alguien más.

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