Los días perfectos no existen... aunque los buenos días, al parecer, sí.

Antier (jueves 10 de Marzo) fué un buen día para mí.
Me gustó la clase de psicodidáctica. Me gustó la lectura de Planeación prospectiva (se oye como si a nadie pudiera gustarle, pero me gustó), aunque no tuvimos la clase.

Fuí con las plebes al am-pm y me divertí.
Me dispuse a hacer el examen de Sistema Educativo Nacional, sin haber estudiado, y lo disfruté. En ningún momento me puse nervioso.
Y, saliendo ya, me topé con la susodicha y sucedió lo que tenía que pasar, lo que era necesario desde hace tanto...: HABLAR.
Y hablamos, más bien dicho hablé y me escuchó, y me dijo cosas que necesitaba oir y cosas que no sabía, y, en fin, las cosas cambiaron, espero que sea para bien.
Luego, por la noche, seguimos platicando. Yo digo que nos estamos dando la oportunidad que nunca nos dimos para ser amigos, eso espero.

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