La filosofía, esa droga...
Si la sabiduría hace daño,
y la filosofía es el amor a la sabiduría,
entonces la filosofía es la costumbre
de hacerse daño recurrentemente,
y ser felices
cada vez que sobrevivimos al veneno.
Vivir para la filosofía
es vivir un acto necrófilo
de amor a la muerte,
a su amenaza
y a los instantes de vida
que deja latiendo agitadamente.
La filosoía es una droga
que nos abre de más los párpados,
para apreciar más cosas
y resistir la intensidad de la luz.
Nos vemos
y la filosofía es el amor a la sabiduría,
entonces la filosofía es la costumbre
de hacerse daño recurrentemente,
y ser felices
cada vez que sobrevivimos al veneno.
Vivir para la filosofía
es vivir un acto necrófilo
de amor a la muerte,
a su amenaza
y a los instantes de vida
que deja latiendo agitadamente.
La filosoía es una droga
que nos abre de más los párpados,
para apreciar más cosas
y resistir la intensidad de la luz.
Nos vemos
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